Oficialmente, el 8 de marzo se celebra el Día de la Mujer, y las opiniones están bastante divididas. Unas dicen que no hay nada que celebrar y que es un día de conmemoración por la muerte de aquellas mujeres en esa fábrica. Otras no tienen ni idea de su origen y solo esperan recibir regalos y flores. Algunas salen a marchar, incluso agrediendo a los hombres, mientras que otras simplemente no quieren ser más maltratadas. Y ni hablar de la gran confusión que existe acerca de la energía femenina.
Sin importar si eres hombre o mujer o el día en que estés leyendo esto, quiero que sepas que esta es mi opinión, que intento expresarla desde el amor y que deseo que pueda ser una luz en tu camino.
Lo primero es entender que no debemos enfocarnos solo en las fechas especiales para tratar con amor a quienes amamos. Esto incluye el Día de la Madre, el Día del Padre, cumpleaños, Navidad, etc. Deberíamos recordar que solo tenemos el hoy, vivirlo con amor, amar a quienes nos aman, dar lo mejor de nosotros y honrar a quienes están a nuestro lado. Sé que la vida a veces es compleja y nos pone retos que sentimos que no somos capaces de superar, pero usa el pasado como referencia para ver cuántos momentos difíciles has atravesado… y aquí estás, leyendo esto. Así que usa el día de hoy no solo para honrar a las mujeres y seres que amas, sino también para honrarte a ti, porque eres lo más importante en tu vida.

También honremos a esas mujeres víctimas de violencia, aquellas que están en situaciones de las que sienten que no pueden salir. Dejemos de hablar desde nuestros privilegios diciendo simplemente: “Que salga de ahí y ya.” A veces, no es tan sencillo. Sí, sería la solución, pero hay muchas otras cosas de fondo, y se necesita ayuda. Si tú, que me lees, eres una de esas mujeres que siente que no puede salir de esa situación, te invito a que busques la ayuda que puedas. (Sobra decir que siempre estoy abierta a escuchar si eso es lo que necesitas).
Ser mujer también significa reconocer nuestros maravillosos roles: como madres, hijas, hermanas, amigas, esposas. Son roles hermosos y estoy segura de que cada una hace lo mejor que puede con la información que tiene. También respetemos a aquellas mujeres que toman decisiones que quizás no tienen sentido para nosotros. Dejemos de juzgar a quienes deciden no ser madres, no casarse o unirse en amor a otra mujer. Las diferencias son lo que nos hace únicas.
Entre mujeres, solemos generar conflictos y competir entre nosotras. Nos da celos y envidia de otras mujeres, incluso de nuestras propias amigas, y ahí se rompe el vínculo más hermoso. Que el propósito, a partir de hoy, sea cuidar las relaciones que tenemos con otras mujeres. No te imaginas lo mágico que es caminar con otra mujer a tu lado.

Pero lo más importante (y si eres hombre, muéstrale esto a la mujer que amas) es la relación que tienes contigo misma. Deja de ser tan dura contigo. Deja de decirte que no eres capaz, que no eres suficiente, que estás gorda o flaca, que te falta algo. Deja de autodestruirte y de compararte. Empieza a trabajar en ti, porque eres lo más importante en tu vida. Debes ser tu prioridad y cuidar de ti en todas las áreas de tu vida.
Yo, como mujer, me honro y te honro a ti. Por todo lo que has logrado, por todo lo que has callado, por sacar fuerzas de donde ya no las tenías, por sostener un hogar aun sin saber cómo hacerlo, por ser una amiga leal incluso cuando a veces no sabes cómo cuidarte a ti misma, por ser amorosa, por reír aun cuando querías llorar.
Te honro y me honro por SER MUJER.